El dolor en el psoas, una lesión que se suele pasar por alto, se produce cuando el músculo psoas (un músculo largo de la espalda) se lesiona.
Esta afección provoca dolor de espalda.
Cualquiera puede padecer el dolor en el psoas, pero los deportistas corren un mayor riesgo.
Suele tratarse con fisioterapia.
Clínicas eFISIO te ofrece un tratamiento para el dolor de psoas que te ayudará a superar esta lesión y empezar a vivir tu vida de nuevo.
Nuestro equipo de expertos en la espalda está especializado en ayudar a personas como tú a volver a su vida cotidiana.
Índice de contenidos
- ¿Qué músculo es el psoas?
- ¿Cómo es el dolor en el psoas?
- ¿Quién padece el dolor en el psoas?
- ¿Qué causa el dolor en el psoas?
- ¿Cuáles son los síntomas del dolor en el psoas?
- ¿Cómo se diagnostica el síndrome del psoas?
- ¿Cómo se trata el dolor en el psoas?
- ¿Cuál es el pronóstico del dolor en el psoas?
- Ejercicios de estiramiento del Psoas
- En Conclusión
- Preguntas Frecuentes
¿Qué músculo es el psoas?

El psoas es un músculo muy importante del cuerpo.
Es un músculo largo que a menudo se pasa por alto durante las rutinas de estiramiento porque existe principalmente dentro de nuestro abdomen.
Es la principal conexión muscular entre la columna vertebral y las piernas.
Los dos músculos del psoas (derecho e izquierdo) se adhieren a la parte delantera de cada uno de los huesos de las vértebras de la parte baja de la espalda.
En su extremo superior, estos músculos también se unen a la costilla más baja y conectan con el diafragma (nuestro gran músculo respiratorio) en ese punto.
En su extremo inferior, los músculos atraviesan la pelvis y se conectan cerca de la parte superior de los fémures (huesos de la pierna).
Son los únicos músculos que se unen a la columna vertebral en un extremo y a la pierna en el otro;
otros músculos se unen entre la columna vertebral y la pelvis o entre la pelvis y la pierna.
¿Cómo es el dolor en el psoas?
El dolor en el psoas es una lesión bastante limitante, y a menudo mal diagnosticada, que puede manifestarse como un dolor lumbar refractario (dolor que permanece incluso después del tratamiento) acompañado de otros síntomas.
La afección se produce cuando el músculo psoas -el músculo largo (hasta 40 centimetros) de la espalda- se lesiona.
El músculo psoas está situado en la región lumbar inferior de la columna vertebral y se extiende por la pelvis hasta el fémur.
Este músculo trabaja flexionando la articulación de la cadera y levantando la parte superior de la pierna hacia el cuerpo.
Un ejemplo común del movimiento creado a partir de este músculo es caminar.
El dolor en el psoas puede ser causado como efecto de otras afecciones -hernia de disco, artritis, dolor facetario o sacroilíaco- que son mucho más comunes.
Cuando se tratan estas afecciones, a menudo con fisioterapia, el músculo psoas también se estira y fortalece.
Esto puede ayudar a tratar el dolor en el psoas sin que se diagnostique.
¿Quién padece el dolor en el psoas?
Cualquiera puede padecer el dolor en el psoas, pero los atletas, los corredores y las personas que realizan ejercicios pliométricos (ejercicios de corta duración y alta energía, como saltar a la cuerda) corren un mayor riesgo de padecerlo, debido a la naturaleza de sus actividades.
¿Qué causa el dolor en el psoas?
El dolor del psoas puede tener muchas causas posibles.
Entre ellas, un desequilibrio muscular, una disfunción articular, una lesión o un uso excesivo.
Sin embargo, una de las causas más comunes es simplemente la tensión en los músculos y la fascia.
Esto puede ser causado por estar sentado durante largos períodos de tiempo, conducir, correr o cualquier otra actividad que requiera usar mucho las piernas.
Afortunadamente, el dolor de psoas suele poder tratarse con fisioterapia.
Un terapeuta capacitado puede guiarle a través de estiramientos y ejercicios que pueden ayudar a estirar y fortalecer los músculos y la fascia alrededor del psoas.
Esto puede ayudar a aliviar el dolor y mejorar la función.
A menudo, es necesaria una combinación de terapia manual y ejercicios específicos para lograr resultados duraderos.
El dolor en el psoas puede no tener una causa identificable.
Hay que tener cuidado en las personas inmunodeprimidas (por trasplante, cáncer o causas infecciosas) para asegurarse de que no hay una causa infecciosa o una miositis (debilidad) asociada en el músculo psoas que se presente de forma relacionada.

¿Cuáles son los síntomas del dolor en el psoas?
El dolor en el psoas puede causar una variedad de síntomas, entre ellos
- Dolor en la parte baja de la espalda, el síntoma más común, aunque puede ser síntoma de muchas afecciones
- Dolor en la región lumbosacra (el límite entre la parte inferior de la columna vertebral y las nalgas que puede irradiarse hasta las vértebras lumbares o hasta el sacro) al sentarse o, en particular, al cambiar de posición al pasar de estar sentado a estar de pie
- Dificultad/dolor al intentar ponerse de pie en una postura totalmente erguida
- Dolor en las nalgas
- Irradiación del dolor hacia la pierna
- Dolor en la ingle
- Dolor pélvico
- Cojera o paso arrastrado al caminar
Muchos de estos síntomas pueden simular otras afecciones más graves.
La artritis de cadera, los cálculos renales (cálculos ureterales), las hernias, la bursitis femoral, la prostatitis, la salpingitis, el cáncer de colon y la diverticulitis de colon también pueden provocar un fuerte dolor de espalda.
Es importante que consulte a su médico si tiene alguno de los síntomas anteriores.
¿Cómo se diagnostica el síndrome del psoas?
El dolor en el psoas puede ser difícil de diagnosticar, ya que muchos de los síntomas son similares a los de otras afecciones más comunes.
Si su médico cree que puede tener el dolor en el psoas, querrá descartar otras causas más graves.
Por lo general, su médico podrá diagnosticar el dolor en el psoas con una combinación de examen físico de la columna vertebral, la cadera y la pierna, confirmado con imágenes radiológicas avanzadas.

¿Cómo se trata el dolor en el psoas?
Una de las formas más eficaces de tratar el dolor del psoas es la terapia manual.
La terapia manual incluye una variedad de técnicas manuales que se utilizan para ayudar a mejorar el rango de movimiento, disminuir la tensión muscular y aliviar el dolor.
Algunas de las terapias manuales más utilizadas para tratar el dolor del psoas son el masaje, la movilización y la manipulación.
Adicionalmente el tratamiento del dolor en el psoas se complementan con algunos ejercicios de estiramiento.
Estos suelen ser mostrados por un médico o fisioterapeuta en la consulta externa y se realizan en casa.
Estos ejercicios incluirán la manipulación y el estiramiento activo y pasivo de la columna vertebral, las articulaciones de la cadera y los músculos del psoas.
Los ejercicios en casa incluyen estiramientos y ejercicios dinámicos de bajo impacto «en cadena» diseñados para estirar y fortalecer el músculo psoas y permitir que el cuerpo repare la lesión.
Es muy importante que estos se realicen sólo con la orientación de su médico para que no se lesione aún más el psoas u otros músculos.
Los tratamientos adicionales pueden incluir el tratamiento manipulativo osteopático, los ondas de choques y, en raras ocasiones, las inyecciones en el músculo o en las estructuras tendinosas asociadas.
¿Cuál es el pronóstico del dolor en el psoas?
Con el tratamiento y los ejercicios adecuados, las personas que padecen el dolor en el psoas deberían ser capaces de recuperar una gama completa de movimientos y reanudar un nivel muy alto de función física.
Ejercicios de estiramiento del Psoas
Una de las razones por las que es importante mantener la longitud del psoas es que la mayoría de los grandes nervios que salen de nuestra columna lumbar tienen que pasar por este músculo.
Se trata de los nervios de nuestros órganos internos, de los órganos pélvicos y de muchos de los principales nervios de nuestras piernas.
Si hay tensión en la zona, estos nervios pueden quedar comprimidos al pasar por los músculos.
Por ello, un psoas tenso puede causar síntomas aparentemente no relacionados, como: dolor de espalda, dolor de piernas, dolor de cadera, dolor de vejiga, dolor pélvico y problemas digestivos.
También puede contribuir a los síntomas del síndrome premenstrual.
La tensión en el psoas puede estar relacionada con el estrés de lucha o huida en nuestras vidas.
Es el estrés que se produce cuando un coche se salta un semáforo en rojo y casi te atropella en el cruce o cuando llegas tarde y apenas alcanzas el autobús o cuando tu jefe te reprende por algo que no estaba bajo tu control.
Los animales suelen descargar la energía estresante de sus cuerpos sacudiéndose.
Imagina al pobre perro temblando en la bañera durante los fuegos artificiales de nochevieja.
Nosotros también pasamos por situaciones físicamente estresantes a diario, pero no tendemos a temblar.
Toda esa energía tiene que ser alojada en algún lugar y el psoas es un lugar común para mantener esa tensión interna.
Mantener un psoas flexible puede ayudarnos a gestionar la tensión interna de forma más eficaz.
El psoas puede acortarse y tensarse por pasar demasiado tiempo sentado.
Se acorta si una persona duerme de lado debido a la posición de las piernas.
Y puede volverse tenso si se utiliza como músculo estabilizador principal de la columna vertebral.
Por lo general, los músculos de la espalda y el estómago son los responsables de estabilizar la columna vertebral y el tronco.
Sin embargo, si estos músculos son débiles o están inhibidos, el psoas puede ayudar a estabilizar la columna porque tiene puntos de unión con todas las vértebras de la columna lumbar.
Así que mantener el psoas largo y flexible es muy importante.
En Conclusión
Si estás luchando con una lesión que te está causando dolor en el músculo psoas y esta lesión te está impidiendo vivir tu vida al máximo y disfrutar de todas las actividades que te gustan.
Clínicas eFISIO ofrece un plan de tratamiento que ha ayudado a muchas personas como tú a superar su lesión de dolor de psoas.
Nos especializamos en proporcionar una atención personalizada, por lo que podemos crear un plan de tratamiento que se adapte específicamente a usted.
Preguntas Frecuentes
¿Qué es el dolor en el psoas y cuáles son sus causas?
El dolor en el psoas se refiere a la incomodidad o dolor en la zona del músculo psoas, que se extiende desde la parte inferior de la columna vertebral hasta el fémur.
Las causas pueden incluir lesiones deportivas , sentarse durante periodos prolongados, estrés o desarrollo de puntos gatillo.
También puede ser resultado de patrones de movimiento incorrectos o una postura inadecuada.
¿Por qué es importante tratar el dolor en el psoas con fisioterapia?
Tratar el dolor en el psoas con fisioterapia es esencial para prevenir la cronicidad de la lesión y mejorar la movilidad y función del área afectada.
La fisioterapia puede proporcionar alivio del dolor, disminuir la inflamación, y restablecer el equilibrio muscular, lo que es crucial para mantener una buena salud musculoesquelética y evitar futuras lesiones.
¿Cómo puede la fisioterapia aliviar el dolor en el psoas?
La fisioterapia para el dolor en el psoas puede incluir terapia manual, punción seca, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento, y técnicas de relajación.
Estas intervenciones ayudan a liberar la tensión, facilitar la circulación y mejorar la flexibilidad de los tejidos.
Además, la educación sobre ergonomía y hábitos posturales es fundamental para evitar la recurrencia de los síntomas.
¿Cuándo buscar fisioterapia para el dolor en el psoas?
Se debe buscar fisioterapia para el dolor en el psoas cuando se experimente dolor o molestias persistentes en la región lumbar o la cadera, dificultad para realizar movimientos como levantarse de una silla o caminar, o rigidez en la zona afectada al despertar en la mañana.
También es recomendable acudir después de una lesión deportiva que involucre dicha región.
¿Cuánto tiempo toma recuperarse del dolor en el psoas con fisioterapia?
El tiempo de recuperación del dolor en el psoas varía según la severidad y la causa subyacente de la lesión.
Puede tomar desde unas pocas sesiones de fisioterapia para casos leves, hasta varias semanas o meses para lesiones más graves.
Un plan de tratamiento personalizado y el seguimiento de las recomendaciones del fisioterapeuta son clave para una recuperación efectiva y rápida.
Acerca de Rim Carranza Ramadán
Fisioterapeuta colegiada nº 9957 por el Ilustre Colegio Profesional de Fisioterapeutas de la Comunidad de Madrid.
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